Cada día pienso en todo esto. En cada detalle de nuestra vida que ahora, de alguna forma, compartimos. Pienso en lo que vivimos, en lo que sentimos, en lo que puede pasar o lo que no. Todo es posible, nada es cierto, nada...
Aunque me cuesta, a veces quiero salir de esta situación. No por ti, si no por mi. No quiero volver a tener el corazón destrozado por otra experiencia, ni llorar sola ante la almohada que cobija mis sueños, mis sueños contigo. No quiero volver a esa situación en la que no hablamos, no nos tratamos, no nos abrazamos en el aire, ni volvemos a ser nosotros mismos. Hay cosas que no veo bien, que no quiero aceptar, y cosas en las que me doy cuenta de que quizá, y sólo quizá, el fin está muy cerca, más de lo que quiero creer...
Por desgracia, se que ésto acabará algún día, tú mismo lo dices. Cada vez que esas palabras salen de tu boca una sensación sacude mi corazón, me quedo inquieta en la oscuridad y creo que esto debería acabar ya, para no sufrir más, para no caer más en las manos de tu encanto... Para no enamorarme más.
Eres y serás lo que siempre busqué. Tu especialidad es hacerme sonreír, pero también picarme. Me haces disfrutar cada momento, cada palabra que te dedico, y cuando me dices algo bonito cierro los ojos para saborearlo y grabarlo a fuego en mi mente. Cada detalle por tu parte para mi supone un lugar idílico, un espacio donde puedo resguardarme en tiempos de tormenta. Tu pasión me quema la piel, me hace soñar y vivir intensamente cada momento contigo. Cruzo fuerte los dedos, deseando que algún día pueda demostrarte todo lo que siento, sin barreras, sin vergüenza, sin ataduras.
Sé, que tu corazón no me pertenece. Sé que estoy muy lejos de ser lo que quiero ser para ti, pero me esfuerzo día a día en darte lo mejor de mi. Confieso que a veces me da miedo lo que siento, porque veo que me voy a chocar contra la pared en algún momento, y que tu presencia se irá como el viento lleva a las hojas de un otoño. Me duele pensar en ello, no quiero ni imaginarlo... Pero intento alejarme, y no lo consigo... Me agarro fuerte a ti, sabiendo que, posiblemente ésto acabe algún día, pero hasta entonces, quiero quererte, quiero darte toda mi esencia y mi amor sin dueño, que ahora se desvela cada noche para soñar contigo.
Con tus palabras, con tus hechos, tus pequeños detalles, me abrazas fuerte contra ti, y sé que en algún rincón de tu alma no me quieres dejar ir, no quieres que te deje de llenar con mis besos al aire y mis caricias al cielo. Los dos, de alguna forma, nos complementamos, nos queremos de una forma extraña pero bonita, y... No quiero que esto termine nunca. Nunca. Jamás.
Quisiera darte todo, mi presencia, mi alma, mi cuerpo, mis sentimientos, mis ganas de quererte y de adorarte. Quisiera ser tu sueño y tu distracción, tu último pensamiento antes de ir a dormir y el sueño que mece tu mente cada noche. Quiero colarme entre tus sábanas y hacer de tu piel la mejor caricia para mi alma. Besarnos en la oscuridad y que la sonrisa nos alumbre... No necesito nada más.
Y cuando no estés, soñaré con nuestros momentos, con todo lo que hemos pasado y lo que hemos sentido. Recordaré el primer día, ese día en que te conocí y nuestro momento fue intenso. Nuestro secreto, nuestras cosas y nuestras conversaciones. Cómo me ponías nerviosa para después otorgarme un "te quiero" y deshacerme en mil vanos pedazos. La manera que tenías de hacerme sentir que no estaba sola, que estabas ahí, y así... Llevarme todo lo bueno de esto, aunque tarde en recuperarme.
Pero hasta entonces, seguiré día a día luchando, haciéndote sentir especial como realmente eres, queriéndote y adorándote. Deseando cada día estar a tu lado, y que nuestras almas sigan abrazándose de alguna manera.
"Cuando el sol salga por el oeste y se ponga por el este -dijo con tristeza-. Cuando los mares se sequen y las montañas se mezan como hojas al viento. Entonces volverás, mi sol y mis estrellas, no antes."