miércoles, 24 de febrero de 2016

Luz de mi vida.

Después de todo este tiempo, que puede parecer corto, aquí seguimos. En las buenas, y en las malas. Confío en que seguiremos contando meses, imaginando el futuro, contándonos los lunares, acunándonos el  uno al otro durante mucho, mucho tiempo más.

Alguna vez que otra me has preguntado que qué es lo que más me gusta de ti, o cuáles son las razones por las que te quiero y te amo tanto. Voy a plasmarlas aquí mismo, y seguro que aun así alguna se quedará en mi tintero imaginario.

Me encantas cuando despiertas, me miras, me abrazas y lo primero que me dices es "buenos días, princesa".
Me encantas cuando acto seguido a eso, empiezas a meterme prisas para que me levante de esa manera que me incordia tanto, pero que me hace reír.
Me encantas cuando te embobas mirándome cuando me visto, cuando me pongo el pijama, en definitiva, cuando me desnudo.
Me encantas cuando me sorprendes con "¿Te apetece ir...?"; Sabes que me gusta demasiado que me lleves a donde tú quieras llevarme.
Me encantas cuando quieres cocinarme una receta que has visto por ahí, y vamos a comprar los ingredientes juntos, tú y yo.
Me encantas cuando me miras mientras como tu plato recién hecho, observando mi expresión y me preguntas repetidamente si me ha gustado.
Me encantas cuando me explicas cosas, cuando puedo recurrir a ti cuando se me estropea algo. Sabes de qué hablo. Adoro escucharte hablar.
Me encantas cuando haces esos gestitos con la boca cuando estás concentrado. No sé si te has dado cuenta, pero yo sí. Es adorable.
Me encantas cuando me consultas, cuando me pides opinión. Así sé que cuentas conmigo en todo, y me hace sentir muy, muy querida y respetada por ti.
Me encantas cuando me das esas sorpresas apareciendo en mi casa cuando sabes que más lo necesito. Créeme, encontrarte por sorpresa debajo de las sábanas de mi cama es un recuerdo que difícilmente olvidaré.
Me encantas cuando me pides que deje de hacer cosas (tú sabes de qué hablo). Aunque a veces te llame "pesado".
Me encantas cuando me sugieres cosas. Eres sensual, y eso me gusta.
Me encantas cuando conduces, y aprovechas un momento de tranquilidad al volante para apoyar tu mano sobre mi pierna, a lo que yo correspondo cogiéndote esa suave mano. En esos momentos, puedo decirte que doy gracias por tenerte a mi lado un día más.
Me encantas cuando me abrazas y me siento tan pequeña en comparación. Aun así, uno de mis vicios secretos es apoyar la cabeza en tu pecho cuando me abrazas y escuchar los latidos de tu corazón. Todavía recuerdo cómo se aceleraba tu corazón los primeros días de estar juntos cuando yo te abrazaba...
Me encantas cuando estás tumbado en la cama y yo me pongo en mi lugar favorito del mundo; apoyada en tu hombro, mientras me abrazas.
Me encantas cuando me imploras que algún día te cante, que nunca lo hago. Y, cuando te he cantado, me emocionó ver lo embobado que te quedabas.
Me encantas cuando muestras tus dotes de vendedor nato.
Me encantas cuando escuchamos nuestras canciones.
Me encantas cuando me llevas a sitios que no conozco, o vamos por la ciudad y tú me vas comentando cosas sobre el lugar.
Me encantas cuando me tocas, incluso cuando te digo "¡Chst!".
Me encanta sentirme deseada por ti, a pesar de mis complejos. Me haces sentir alguien. Me haces sentir especial.
Me encantas cuando me defiendes, y miras por mi bien en todo momento.
Me encantas cuando sonríes, con esa sonrisita de niño que tienes.
Me encanta cuando ríes con ganas, y escucho esa risa perversa que tienes.
Me encanta ir de compras contigo, sea lo que sea lo que vayamos a comprar.
Me encantas cuando me llamas "mi muhé", y yo te llamo "mi marío".
Me encantas cuando me ayudas a imaginar un futuro juntos.
Me encantas cuando estás siempre ahí, en la distancia, o a mi lado, y me ayudas a ver la luz de cada día.
Me encantas cuando me dejas una nota furtiva en el escritorio de mi PC, o en las notas de mi móvil, y me recuerdas cuánto me quieres.
Me encanta cuando escucho una canción que tú me has enseñado, y mi mente viaja a miles de momentos que hemos vivido juntos.
Me encanta cuando planeas algo para nosotros dos.
Me encanta dormir contigo.
Me encanta viajar contigo.
Me encanta vivir contigo.
Me encanta cómo me amas.
Me encantas tú.
Sólo tú.

Te amo de una manera que nunca he experimentado, y muy real. Puedes estar seguro de ello. Espero no decepcionarte nunca.

Gracias por ser la luz de mi vida, mi estrella que me guía en la noche más oscura. Gracias por dar cobijo a mi alma. Por tanto...

"Lo pagherò offrendo tutto l'amore,
Tutto l'amore che ho"

Eres único.






lunes, 29 de junio de 2015

A ti, mi Sol y Estrellas.

Nunca pensé que tendría la suerte de encontrarme con alguien así en mi vida. Pensaba que, a la gente como yo no le pasaban esas cosas típicas que salen en las películas. Chico busca chica, la encuentra, se conocen y se dan cuenta de que el otro es todo lo que buscaba en una persona. Se enamoran, y el amor perdura por siempre con una bonita y cara boda. Fin.

Quizá yo no tenga esa carísima boda, o no viva en América como en esas películas. Tampoco dispondré de una millonada en el banco ni él tampoco, pero somos felices. Él, puedo decir que tengo la certeza de que me hace feliz cada segundo que está conmigo. No hace falta hablar, simplemente un beso y un dulce te quiero mientras que nos abrazamos en la cama mientras nos morimos de calor... Eso es la felicidad. Eso es sentirse tan profundamente querido, y querer tanto que los abrazos se quedan cortos comparado con lo que sientes.

Después de un pasado algo duro en este sentido, en el que te rompen el corazón en mil trozos y piensas que nunca más te recuperarás y confiarás en nadie, y menos en un hombre, apareció Él como un rayo de esperanza entre mi desordenada y caótica vida. Parece mentira, y creerme, en su momento dudé de su palabra. Dudé que todo fuera tan bonito, que alguien te haya estado buscando durante meses simplemente por ver una foto tuya, y que por fin haya dado contigo. Me acuerdo que esa noche, cuando me escribió, se le notaba nervioso en sus palabras. Yo, que entonces aún seguía dolida, reaccioné escéptica ante lo que estaba pasando. No podía ser... ¿Qué tengo yo para que alguien me busque durante meses hasta dar conmigo, sin descanso, hasta dar conmigo y jugarse todo a una carta? No... A mi no me pasan esas cosas. Sólo pasa en América, en Hollywood.

No sabría explicaros el qué se encendió en mi mente cuando accedí a conocerle. Quizá las ganas de conocer gente nueva, de pasear y liberarme de tanto comedero de cabeza... Pero también tenía la idea de darle una oportunidad. Si me estaba engañando, rápido lo descubriría. Si era verdad lo vería, así que... No tenía nada que perder.

Cuando le vi, iba de uniforme. No se me olvidará el momento en el que le vi por primera vez. Lo que pensé fue... "Es ese, ¡es ese!". No me dio mala impresión cuando le vi, ni mucho menos. Al contrario, me transmitió una especie de confianza que no sabría explicar bien.

Yo también me la estaba jugando.

Bendito juego...

Paseamos, charlamos... Y, aunque puede parecer que yo iba demasiado deprisa, las caricias y las muestras de afecto me salían solas. No podía evitar acariciarle, porque me transmitía una especie de ternura, sobre todo cuando me decía...

Aún no me lo creo... Que esté aquí junto a ti después de tantos meses buscándote...

Recuerdo que no podíamos separarnos, y por ello incluso me invitó a cenar. Seguimos hablando, conociéndonos, y todo fluía a la perfección. Sentía atracción hacia él, y ternura... Ración triple de ternura en mi corazón, y de forma tan altruista como lo regala él. Él es el altruismo en persona.

El primer beso vino un rato después. No puedo pasar por alto cuando le abrazaba y escuchaba su corazón latir en su pecho, que bombeaba frenético cada vez que me acercaba a él y le abrazaba. Y el beso... Fue lo más dulce que puede existir y que he podido vivir. Dulce es la palabra perfecta para describirlo, y para describirle.

A partir de ese día estamos juntos. Sí, así sin más. La vida se basa en estos impulsos, que a veces merecen la pena y a veces no, pero yo... Volvería a guiarme por este impulso infinitas veces, os lo juro. Esta historia ha sacado lo mejor de mi, me ha devuelto la confianza en mi misma y en las personas, ha vuelto a limpiar mi sonrisa de óxido y él ha pegado los trocitos de mi corazón con caramelo. Sí, suena cursi, pero no hay mejor manera de describirlo.

Nunca, repito, nunca pensé que me iba a pasar algo tan bonito, y que resulte que todo vaya bien, que todo sea tal como imaginé un día, o una noche entre lágrimas y soledad en esas noches de frío interior. Todo ésto a veces me sigue pareciendo un sueño, algo irreal de lo que algún día me despertaré y me llevaré la decepción. Podría decir que a veces me dan ganas de pellizcarme para ver si en realidad ésto es un sueño, sólo fantasía, o es la pura realidad. Me doy cuenta que es real cuando escucho una canción y lloro pensando en él. Eh, pero lloro de felicidad, ¿eh?

Ahora, me dirijo a él, porque sé que lo leerá. Yo misma se lo enviaré.


A ti, mi Sol y Estrellas.

Decidí llamarte así de vez en cuando por una frikada, pero me da igual. Lo nuestro es tan bonito que lo merece, y merece todas las expresiones cursis y amorosas del mundo.

Tú te mereces tanto, tantísimo, que todo lo que yo te de se quedará corto en esta vida.

Ya hace un mes y seis días que estamos juntos. Es poquito, pero he estado tan bien que se me ha pasado muy rápido. En este tiempo me he dado cuenta de lo buena persona que eres, de todo lo que das por mí que es más que demasiado, y que apuestas fuerte por lo nuestro, al igual que yo. Te esfuerzas muchísimo porque todo salga bien, y veo el cariño y el amor en tus ojos. Dios mio... Eres todo lo que busqué durante tanto tiempo y que tanto me faltó que escribiendo ésto me emociono y bueno. sabes que lloro un poquito. Pero tranquilo, como he dicho más arriba, es de felicidad.

Gracias por todo lo que me das cada día, cada día de nuestras vidas que compartes conmigo. Gracias por todos los detalles que tienes conmigo, pequeños y grandes, que me enamoran aun más cada día de ti, y que me enganchan tantísimo a ti que... No puedo estar sin tu mirada, sin tus abrazos y sin apoyar mi cabeza en tu pecho. Has calado hondo en mi vida, más de lo que piensas y de lo que puedas creer, y tengo tantas ganas, tantísimas ganas de compartir mi vida contigo... Mi vida entera contigo.

Como dice una canción que me gusta mucho...

"Él borra las horas de cada reloj,
y me enseña a pintar
transparente el dolor con su sonrisa.
Levanta una torre desde el cielo hasta aquí
y me cose unas alas, y me ayuda a subir a toda prisa,
a toda prisa.
Le quiero a morir".

La he versionado un poco... Para ti.

Yo creo al igual que tú que desde un principio estuvimos unidos por el famoso "hilo rojo"... Porque lo nuestro es... Roza tanto la perfección, con sus más y sus menos, como todo el mundo, porque si no no sería humano, pero estamos ahí. Nos apoyamos, nos cuidamos, nos preocupamos el uno del otro. Eres todo, todo y todo lo que he buscado tanto tiempo y he deseado siempre.

Quiero que entiendas que, aunque a lo mejor haya un día que no te lo recuerde tan a menudo, o que se me escape un abrazo, o que parezca que estoy distante, te quiero a morir. Así, sin más. Te quiero a morir, más que a nada, más que al sol que me ilumina y me da vida, porque recuerda, tú eres mi sol y estrellas, y si me falta el sol en mis días y las estrellas en la noche, mi alma se pierde.

Has pasado a ser alguien tan importante en mi vida, alguien que me saca una sonrisa con tus detalles especiales y que son sólo tuyos, tan originales, y que de verdad, me enamoran más cada día de ti... Sólo puedo pedirte que no cambies nunca, porque siendo como eres, siendo tú mismo, seguiré siendo tuya cuanto quieras.

Grábate esto a fuego, cielo. Te quiero a rabiar, a morir, y daría todo por ti. Te cuidaré hasta el final, hasta el infinito, y velaré tus sueños cuando éstos no sean bonitos. Escucharé tus confidencias y tus preocupaciones como si se me fuera la vida en ello, y te aconsejaré como mejor pueda. Te abrazaré en las noches de tormenta y lluvia, y disfrutaremos de su sonido juntos. Construiremos un futuro juntos, y lucharemos por esta historia tan preciosa que nos ha tocado vivir.

Gracias por encontrarme y hacerme tan jodidamente feliz.

Un "te quiero" poco a poco se va quedando corto...

Infinitos besos, cariño mio.




miércoles, 20 de mayo de 2015

Todavía.

Ha pasado algo de tiempo desde entonces.

Lo peor de todo, es que apenas he avanzado. Mis sentimientos siguen aflorando de vez en cuando, y aunque he intentado recuperarme, no recordar, dejar de lado todo lo que pasó, lo nuestro, no puedo olvidar del todo. Por las noches, no se por qué, en mi mente siguen viniendo bonitos recuerdos de lo que fuimos, de lo que nos quisimos, o al menos, te quise.

En mi cabeza perdida permanecen unas cuantas preguntas que no logro resolver, y que quizá si tú leyeras a lo mejor te molestarían... Pero llegados a este punto, no puedo callarme.

¿Me quisiste?

No es mi principal pregunta, pero también ronda mi cabeza. El final de nuestra relación fue un tanto caótico, el final se avecinaba con las horas, y no se por qué, yo lo notaba pero no lo quería ver. Nunca quise terminar contigo. Por esos momentos me pregunto, por algunas cosas de tu comportamiento si realmente al final por lo menos de la relación me quisiste. Yo quiero creer que sí, pero ahí sigue la duda... Muchas dudas.

¿Por qué?

Discutimos. Sí. A día de hoy no logro comprender del todo el motivo de que se acabara lo nuestro. Sé que para ti fue una razón de peso, pero en parte, perdóname, pero me pareció una estúpida razón por la que cortar algo tan bonito. He querido comprenderte, y de hecho lo hago, pero lo siento... Lo siento en el alma. En ese aspecto no pienso igual que tú, y el dolor de ese día aún sigue haciendo mella en mi corazón.

¿Ya te has "liberado"?

Quizá, y sólo quizá, al final de la relación yo sentía mucho más por ti que tú por mi. Creo bastante que fue así, pero aun así... ¿Ya te has recuperado de todo eso? ¿Ya has logrado olvidar los sentimientos por mi y continuas con tu vida como si no hubiera pasado nada? En parte bueno, me alegro, pero... Me resulta tan difícil imaginarlo... Yo sigo día a día pensando en ti, no hay día que no lo haga. Los recuerdos me atormentan, tu estado en sí conmigo en parte me duele porque, me hace ver, que para ti ha sido fácil librarte de los recuerdos y de lo que sentías, y que ya eres un alma completamente libre de nuevo y que ya no te acuerdas de lo que fuimos. Tu "indiferencia", por llamarlo de alguna manera, me trastoca el fondo de mi corazón porque de verdad, me sorprende todo ésto... Parece que ha sido tan, tan fácil para ti... Sin embargo, siguen habiendo días en los que me despierto y lo primero que pienso es en ti, en los recuerdos que tengo, en tu piel, en tu forma de reír, en tus ásperas caricias, en las noches de pasión, en los besos, en nuestro primer encuentro... Lo siento, pero a día de hoy, no dejo de pensar en ti.


De corazón te digo que hacía tiempo que no quería tanto a alguien. Rompiste fuerte en mi vida, en un momento quizá algo delicado, y me sacaste de esa oscuridad para llevarme a la luz. Cogiste mi mano, me miraste con amor y deseo y me diste algo que dudaba que alguien me diera algún día. Me quisiste tal como soy, e hiciste que me sintiera bien, o mejor dicho... Como en un sueño.

Deduzco que, por tu forma de ser conmigo ahora mismo ya no sientes nada por mi, que te olvidaste de los sentimientos y has salido de ésta, al contrario que yo. Sí, no te niego que estoy mejor, pero no dejo de pensarte, no dejo de recordarte. La ciudad, mi casa, está llena de recuerdos tuyos. Cada rincón tiene algo que decir sobre nosotros... E incluso hay sitios de la ciudad en los que aún no puedo estar, porque no me siento preparada para afrontarlo... Para afrontar que ya no volveré a estar allí contigo.

Todavía hoy te sigo queriendo con el dolor que ello supone.


Did I disappoint you or let you down? 

Should I be feeling guilty 
Or let the judges frown? 
Because I saw the end before we'd begun
Yes I saw you were blinded and I knew I had won
So I took what's mine by eternal right

Took your soul out into the night

It may be over but it won't stop there
I am here for you if you'd only care
You touched my heart you touched my soul
You changed my life and all my goals
And love is blind and that I knew when
My heart was blinded by you
I've kissed your lips and held your head
Shared your dreams and shared your bed
I know you well, I know your smell
I've been addicted to you

Goodbye my lover

Goodbye my friend
You have been the one
You have been the one for me
Goodbye my lover
Goodbye my friend
You have been the one
You have been the one for me

I am a dreamer but when I wake

You can't break my spirit
It's my dreams you take
And as you move on, remember me
Remember us and all we used to be
I've seen you cry, I've seen you smile
I've watched you sleeping for a while
I'd be the father of your child
I'd spend a lifetime with you
I know your fears and you know mine
We've had our doubts but now we're fine
And I love you, I swear that's true
I cannot live without you

Goodbye my lover

Goodbye my friend
You have been the one
You have been the one for me
Goodbye my lover
Goodbye my friend
You have been the one
You have been the one for me

And I still hold your hand in mine

In mine when I'm asleep
And I will bear my soul in time
When I'm kneeling at your feet
Goodbye my lover
Goodbye my friend
You have been the one
You have been the one for me

Goodbye my lover

Goodbye my friend
You have been the one
You have been the one for me
I'm so hollow, baby, I'm so hollow
I'm so, I'm so, I'm so hollow
I'm so hollow, baby, I'm so hollow
I'm so, I'm so, I'm so hollow...

miércoles, 8 de abril de 2015

Rojo pasión.

Me arropa con la ilusión de un nuevo día, aunque me atemoriza la idea de que me vuelvan a hacer daño. Me tranquiliza con susurros imaginarios, que sé que me llegan, estabilizando de alguna manera mi temor por el hecho de que jueguen conmigo. 

Lo que sé es que no quiero sufrir.

Y mientras el negro, junto con el de la noche, viste mi figura, resaltando mi blanca piel, yo adorno mis palabras con labios Rojo Pasión. Pasión que me haces sentir, pasión que te hago sentir.

Porque cuando me borras con tu dedo pulgar el carmín, mi mente viaja, mi cuerpo levita y el tiempo se para. Bésame y funde tu deseo con el mío. Vamos a borrar el Rojo Pasión a base de cariño.

Vamos a curarnos el alma, a tener el corazón más rojo que nunca y y a soñar despiertos cogidos de la mano.

sábado, 4 de abril de 2015

Carta de despedida.

"Hola.

Después de lo que hemos vivido, de lo que hemos sentido, pensado, querido, imaginado, quiero escribirte una carta, porque sabes que soy mejor escribiendo que hablando. No puedo pasar este momento sin decirte muchas cosas, independientemente de todo lo que haya podido ocurrir.

Mi casa está llena de recuerdos tuyos. Son cosas simples, objetos materiales que algún día tengo que devolverte, porque te pertenecen, pero por donde vaya hay cosas o sitios que me recuerdan a ti, a tu presencia. Al fin y al cabo, esos recuerdos son muy bonitos, por tanto, los guardaré en un rincón en mi mente que tengo adrede para ello. No los olvidaré, tenlo seguro, pero a veces tengo que atarlos y guardarlos bajo llave porque, salen a la luz enturbiándome el sueño y no puedo dormir. Cuando esté mejor moralmente, más recuperada de esta pérdida, intentaré terminar ese libro que me dejaste, y además también el segundo libro.

Creo que, aunque pase el tiempo, aquel sitio, debajo de las estrellas y a ser posible de la lluvia también, siempre será nuestro sitio. Aunque pueda volver con otra persona, siempre será nuestro, pero aun así, dudo que vuelva con alguien diferente a aquel sitio. Es como... Profanar un altar.

Sé que ésto ya te lo he dicho, es más, nos lo hemos dicho mutuamente ya, pero quiero en esta carta darte las gracias por todo. Aunque al final las cosas no fueran bien al máximo, cuando han ido muy bien me has hecho muy, muy feliz. Has conseguido, o conseguiste que saliera de un pozo el cual consideraba muy hondo, y tú, con tu cariño me hiciste hacerme valer y junto a ti vi un poco más de luz en todo ésto. Me mostraste confianza, sinceridad, cariño... Todo desde el primer día en que nos conocimos. Has marcado mi vida, de alguna manera, más para bien que para mal, por ello me alegro también de que mi camino haya coincidido con el tuyo. Lástima es la que siento cuando pienso que ésto, lo nuestro, podría haber salido mejor de lo que ha terminado, pero bueno, por lo menos estamos ahí, aún seguimos presentes el uno para el otro.

Además de todo esto, insisto, gracias. Gracias por dar, en algunos aspectos, sin apenas recibir. Gracias por regalarme cosas, tanto materiales como sentimentales. Gracias por escucharme, por aconsejarme en cuanto a mis estudios, por darme tranquilidad y decirme que todo va a ir bien. Gracias por llamarme al teléfono a la hora que fuera para que no me quedara dormida y seguir con mis obligaciones, era un detalle precioso por tu parte. Gracias por haber hecho que, a pesar de la distancia, te haya sentido tan, tan cerca todo este tiempo, y que tus caricias y tus besos me llegaran a través de los kilómetros que nos separaban. Gracias por aparecer ese día de San Valentín, recogerme, llevarme a cenar, mirarme y comerme con la mirada, besarme con las ganas con las que me besabas, dejar tu mano derecha sobre mi muslo mientras conducías incluso cuando te hacían falta las dos manos sobre el volante. Gracias por dejarme conducir tu coche; sabías que era uno de mis preferidos y más de una vez me has dejado disfrutarlo y volar con la velocidad a mis pies. Nunca olvidaré esa noche, como me mirabas mientras yo conducía y cantaba a la vez. Aunque no te mirara directamente, debes saber que te observaba por el rabillo del ojo, y de verdad, tus miradas sorprendido y a la vez maravillado por lo que veías se me han quedado grabadas en el alma. Gracias por tus caricias a fuego lento, por tus besos tiernos en todo mi cuerpo, por ese calor que desprendía tu cuerpecito y que me abrigó algunas noches. Gracias por las sonrisas sinceras, por los "te quiero muchísimo". Gracias por esas canciones que me cantabas, que me dedicabas. Nunca, repito nunca podré escucharlas sin acordarme de ti. Con ello, siempre me hacías sentir única en el mundo, y viste que lloraba de felicidad cada vez que me las cantabas al oído. Gracias, gracias de corazón.

Gracias por regalarme todo lo que me has regalado, pero también quiero destacar a Inazuma, ese perrito color miel que reside en mi cama desde que me lo diste. Ha sido compañero de sueños, alegrías y también tristezas, y te aseguro que seguirá siendo el guardián de mis sueños y de mi cama durante mucho tiempo más. Fue importante para ti, por ello lo cuido con tanto mimo.

Gracias por mantener esas conversaciones conmigo, todas y cada una de ellas. Gracias por darme ánimos respecto al equipo, mis estudios y mi vida en general.

A pesar de que he escrito muchos agradecimientos, aún se me quedan en el tintero, guardados en mi mente y escritos de alguna manera en mi corazón. Pero sobre todo, gracias por haberme hecho soñar tantas cosas bonitas.

En definitiva, quiero que sepas, aunque posiblemente no leas esta carta jamás, que estoy aquí, y sé que tú estarás ahí. Cuenta conmigo para cualquier cosa, para hablar, para reír, para llorar... Somos amigos, al fin y al cabo, y eso que tú no concebías la idea de que los ex fueran amigos. Sonrío ante esa idea, porque quiero ser tu amiga, y ahora, somos amigos.

Ten muy, muy presente que estaré ahí. Te has ganado un sitio en mi corazón a pesar de todo.

Gracias, y mil veces gracias por haber pasado por mi vida y haberme acompañado un poquito en el camino. Deseo que te vaya todo muy bien, y que encuentres a alguien lo más acorde a ti posible. Y recuerda lo que te dije hace tiempo: Lo que te propongas, lo conseguirás, pero también, sonríe más a menudo.

Te quiero, de alguna forma u otra estando como estamos, pero te quiero.

Hasta pronto."




lunes, 30 de marzo de 2015

El dolor de mi alma.

Todo sigue igual. O peor.

Aun así, sigo luchando a día de hoy, porque tengo esperanzas. Tengo el deseo oculto de que por fin esto cambie, de que todo vuelva a ser como antes, pero cada vez en menos probable.

Sigo en el invierno de tus palabras. Me abrigo como puedo, me refugio en lo poco que encuentro, y trato de no derrumbarme en medio de todo el hielo que me rodea. A veces, cuando no miras, algunas lágrimas se congelan en mis mejillas, y me las limpio rápido para que no las veas, para que no notes que de verdad estoy sufriendo. Más de lo que piensas.

No me cuesta trabajo tragarme el orgullo con la gente que quiero, ya que hago todo lo posible para que la situación se normalice. Contigo lo he hecho varias veces, y no me arrepiento, pero me duele que tú no hagas lo mismo. Te repito una y otra vez que todo lo que hago es por y para ti, pero te alzas impasible ante todo lo que digo. Mendigo a veces tu amor, quedándome con lo que me das y guardándolo en mi corazón, curando alguna que otra herida.

Siempre estoy nerviosa. Me duele el corazón día a día, y apenas ese dolor remite alguna vez. No me gusta estar así, dolida. No me gusta que estés así. El recuerdo de lo que éramos me atormenta cada minuto, enturbiando mi mirada con lágrimas cargadas de deseos de retroceder al pasado. A día de hoy, sigo pensando que si pudiera, retrocedería hasta ese momento y borraría esa frase de mi boca. Todo hubiera ido mucho mejor.

Me escuchas, callado. No notas mi tristeza, apenas te fijas en ella. Tampoco puedes hacerlo, pues no me ves el rostro. Me replanteo mentalmente una y otra vez si me quieres, y pienso dónde ha quedado el amor que me dabas hasta hace poco. Inconscientemente, sabes que si me concedieran un deseo ahora mismo, pediría que todo volviese a ser como antes.

Imploro a veces a Dios, aunque no sea muy creyente. Por las noches, rezo y le pregunto el por qué de todo ésto. Le pregunto si de verdad he sido tan mala persona como para merecérmelo, y en silencio, mi alma aúlla al cielo pidiendo perdón y suplicando alivio.

Quizá me equivoque. Quizá lo que voy a decir es más doloroso para mí que para nadie más, pero poco a poco, aunque yo no quiera y luche contra la marea, aunque me duelan los músculos, sigo nadando, pero a la vez, me vas alejando de ti.

Aúllo en la noche entre lágrimas, cuando no me ves, suplicando tus palabras, esas que curan mi alma.

Sólo tienes que quererme un poco más, como antes.




viernes, 27 de marzo de 2015

¿Qué pasó?...

Ven. Siéntate frente a mi, y a ser posible cógeme de la mano.

Vamos a hablar como las personas, sin esconder lo que sentimos. Sacaré la poca valentía que me queda en este corazón y te diré que me duele. Tú me dirás lo que ocurre, todo lo que se te pasa por esa mente maravillosa, y entonces descubriremos qué es lo que pasa, o lo que pasó.

Tengo un nudo en la garganta, pero no quiero deshacerlo porque eso supone llorar. Quiero ser fuerte ahora que estoy frente a ti, poder decirte todo lo que siento sin tener que hacer pausas para limpiarme las lágrimas y que el mismo nudo en la garganta no me deje hablar y expresarme. Me gustaría no tener que hablar de este tema de nuevo, pero lo siento, a día de hoy me sigue alterando el sueño.

Tú me miras preocupado. Sabes perfectamente de qué voy a hablarte, y eso te preocupa, pero quieres que salga de mí misma. Me preparo mentalmente para decírtelo todo, sin parar. Necesito decírtelo y zanjar de una vez ésto. Me resulta muy doloroso, y surge un dolor en el centro de mi pecho.

Me coges de la mano, pero yo aprieto más fuerte. Observo cada uno de tus rasgos antes de decirte nada, quiero quedarme con ellos. Te digo que espero que entiendas por qué no te he comentado esto antes, que siempre tengo miedo de perderte. Me vuelves a repetir que sea lo que sea, no será una razón para dejarme. En parte me tranquiliza, en parte no.

Las lágrimas están a punto de caer desde mi oscura mirada hacia mis mejillas un poco sonrosadas. Miro nuestras manos, me quedo con esa imagen grabada a fuego en mi mente por si acaso no la vuelvo a ver.

Y, posando mi mirada en la tuya, te pregunto con todo el pesar de mi alma. ¿Qué pasó?

Tú, inmóvil, te quedas mirándome como si hubiera dicho algo raro. Quizá no sepas de lo que hablo, pero sé a ciencia cierta que sí.

¿Qué ha pasado en ti, amor? ¿Qué pasó que todo cambió? Esa pregunta lleva rondando mi liada cabecita durante bastante tiempo. Mi corazón no logra entender qué es lo que ha ocurrido entre nosotros para que todo se torne diferente. Sí, nos queremos, de eso no hay duda. Yo te quiero, mucho, muchísimo. Sé que tu a mi también, pero a veces no me queda del todo claro cuánto me quieres. A veces pienso que te has ido desilusionando conmigo, A veces pienso que no me quieres tanto como antes, aunque yo no haya hecho nada como para que ocurra eso. Trabajo duro cada día para enamorarte, para que tengas claro al máximo que quieras quedarte cada día de tu vida conmigo, como yo contigo. Yo ya lo siento, ¿y tú?

Sigo cada día escribiéndote cosas que salen directamente de mi corazón, calentándome la cabeza para decirte cosas bonitas, junto con todo lo que siento por ti, y la diferencia radica en que noto que el efecto que tienen sobre ti no es el mismo. Antes tratabas de contestar con algo parecido, diciéndome tus sentimientos, llenándome de palabras que me dejaban sin palabras disponibles. ¿Por qué ahora no tienen el mismo efecto en ti? Dime, ¿he hecho algo malo? ¿ya no te gusto como antes? ¿me quieres menos que cuando empezamos?...

¿Qué pasó para que perdieras las ganas de decirme esas cosas que me encantaban de ti?

No consigo contenerme, y ves que empiezo a llorar de forma desconsolada. Me dices que no llore, e intentas limpiarme una de las lágrimas de mi mejilla con tu dedo pulgar. Me das un beso, pero no sabe igual que antes. Sé que algo ha cambiado y no sé por qué no me lo quieres decir. Dime si ya no me quieres como antes, dime si ya no te gusto o ya no soy aquella chica maravillosa que encontraste, para ti.

¿Por qué ya no imaginamos cosas del futuro como antes? Hace poco tiempo nos encontrábamos en la madrugada, y nos poníamos a imaginar un futuro, una casa, una vida, una familia. Era pronto para hacerlo, pero a nosotros nos gustaba la sensación. ¿Qué ha cambiado para que ya no hagamos esas cosas? Sabes que yo estoy más que dispuesta, pero no te veo con ganas.

Me duele verte así.

El dolor se agolpa en mi corazón y me hace llorar más violentamente.

Te cojo fuerte de las manos, las agarro contra mi pecho y te miro directamente a los ojos, aunque apenas vea claramente por las lágrimas. Dime por favor qué es lo que ha cambiado en ti, dime que ya no soy esa que te quitaba el sueño, que ya no me quieres como antes y que no tienes las mismas ganas de estar conmigo, pero dímelo ya. Dímelo sin tapujos, pero dímelo ya. No me digas que sigues igual, de verdad. No es así, y lo sabes.

Y ahora, me gustaría que todo se tornase a una situación mejor, que me dijeras cuánto me quieres y que no quieres separarte de mí por nada del mundo. Dime esas palabras que curan el alma, esas que tú sólo sabes. Abrázame fuerte y no te separes jamás, pero dime la verdad. Bésame en la frente, después las mejillas empapadas de recuerdos y después los labios. Cúrame este dolor, cariño.

Lo necesito.




*Dibujo original de Sara Herranz