martes, 25 de octubre de 2011

Infancia.

"Y qué caro es el tiempo, que me pone contra la pared..."

Es curioso. La manera con la que me acuerdo de pequeños detalles de mi infancia. Muchos son frágiles, pero otros son nítidos como los rayos del Sol.

A veces la gente no se lo cree, pero todavía me acuerdo de mañanas llenas de energía, deseando ir al colegio. Jugar en "El rincón de los juegos", y jugar con una cocinita, con los que consideraba que eran mis amigos. Jugar y jugar... Y pocos de ellos han pasado a formar parte de mi vida.

Sobre todo, lo que me gusta de la infancia es la inocencia con la que actúas, con la que aprendes, con la que miras el mundo... Y no entiendes nada. Pero te da igual. Lo importante era escribir la carta a los Reyes Magos, pidiéndole esa Barbie que tanto me gustaba... La Barbie veterinaria. Mi mundo rondaba entorno a eso, a juguetes, a risas, a inocencia... A jugar y a desarrollar un mundo que me satisfacía, y en el que yo estaba contenta siendo una superveterinaria con mi Barbie o una cocinera buenísima en su cocinita de juguete.

Parte de esa inocencia, parte de esa felicidad tan tonta de los niños pero a la vez tan amable, parte de esa valentía, desgraciadamente, me la quitaron.

Pero aquí sigo. Haciendo frente a lo que puedo. Teniendo esa desconfianza tan propia de mí que vosotros, los que me hicisteis daño, me habéis infundado en mi ser, y por la que he llegado a tener que tomar medicación. He terminado por hacer frente a lo que he podido, gracias a unos amigos de verdad que no les importaba plantaros cara y deciros las cosas como son. Gracias a esos amigos, que me apreciaban TAL Y COMO ERA, O TAL Y COMO SOY, estoy aquí luchando por lo que quiero, sin querer recordar de nuevo todo lo que me hicisteis pasar durante mi infancia; en parte feliz, en parte triste.

Ahora tengo alguien que me quiere, que le gusto tal y como soy. Si, como soy. Con mis kilos de mas, con mis estrías, con mis tristezas, con mis cambios de humor, con mis pequeñas manos, con mis nervios, con mi desconfianza en mí misma... Con todo.

Quizá ahora sea el triple de feliz que vosotros. Y eso me produce una satisfacción muy, pero que muy profunda.






                                                                                Yo. 

viernes, 21 de octubre de 2011

Música.

"Porque la música es así, fiel y sincera de por vida."

No sé qué procedencia tiene esta palabra, pero a mi me suena a Musa.

Quizá porque una canción bien hecha es un deleite para tu cuerpo. Quizá porque consigue que nos relajemos, que pensemos mejor, que nos divirtamos o nos enamoremos. Creo sinceramente que es el mejor invento del ser humano... Porque la música no nació simplemente. Se creó.

Une gente, pero también quizá las separa. Dice verdades, con las que te sincronizas a la vez que escuchas esa canción y te ayuda a tomar una decisión. Cómo puede algo tan incorpóreo, tan volátil, tan sincero, hacer que te sientas triste o animarte en un mal día. Ella puede empujarte a decirle un te quiero, o un adiós. Es tan sincera y tan mentirosa a la vez...

Entra conmigo. Hace que cierre los ojos y que me concentre sólo en ella. Me gusta escucharla tranquilamente, con buena definición para que pueda oír hasta el último instrumento que se utiliza en la canción. Ella vive conmigo cada día. En mi móvil, en mi mente, en mis oídos, en mi entorno... Hasta en el tintineo de unas campanas. Un buen ritmo acelera mi corazón.

Uno de mis grandes sueños, que ojala y lo cumpliera alguna vez, es deleitar a la gente con música. Permitir que mi voz aconseje a gente y les haga sentir lo mismo que siento yo al prestarles mi voz a sus oídos. Hacer que la gente piense, recuerde, ame, o quizá abra los ojos ante algo. Quiero darlo todo encima de un escenario. De esto ya hablaré más adelante... ;)

Pero la música es así. Tiene algo que entra por todos los poros de tu piel, penetra en lo más profundo y toca una fibra que hace que la piel se te ponga de gallina. Hace que disfrutes tanto... Y todo a cambio de nada.

Simplemente, de que la ames.

jueves, 20 de octubre de 2011

Hay veces...

Hay veces que no sale esa sonrisa. Simplemente no te apetece.

Otras te sale por que sí... Porque te apetece.

Lo mejor es reírse por nada. Esa risa... Lo cura todo aunque sea por un momento. Te lo pasas bien, disfrutas... Te ríes. La risa es un momento de alegría, de paz, de diversión. Cada vez que salga, aprovéchala siempre que puedas, como si fuera un premio. A veces puede ser tan, tan volátil....

Parece que mientras que tienes esas carcajadas, todo lo demás lo olvidas, te deshaces de eso, aunque luego vuelva. Pero es un momento especial, único... Como si dentro de todo lo negro, por un momento tu alrededor fuera blanco. Son unos pequeños segundos, o de más tiempo. Sea de lo que sea, hay que disfrutarla.


Al igual que la pequeña alegría que siente tu cuerpo con cosas mínimas, como por ejemplo, comer tu comida preferida, ver esa película que te encanta y te inspira, hablar con esas personas con las que te sientes tú mismo y simplemente, ser tú mismo. Sentirte a gusto. Arroparte hasta el cuello en la cama cuando llueve, sintiéndote refugiado ahí debajo. A mí, me pasa.

Por estos pequeños momentos, pienso que el mundo necesita más risas tontas, más películas que inspiren, más personalidad, más lluvia sana... Más alegría.


P.D: Mi gato, Odín.

domingo, 16 de octubre de 2011

Martin Luther King, Jr.

Lo siento, no he podido evitarlo.

Estas palabras vienen del célebre Martin Luther King Jr, que por cierto, están escritas en una canción de uno de mis grupos preferidos de música, Linkin Park. Por supuesto, la pondré traducida para que todos la entendamos bien.

Un genio este hombre.

"...Vengo a esta magnífica casa de culto esta noche, Porque mi conciencia no me deja otra opción. 

Una verdadera revolución de valores pondrán sus manos sobre la orden mundial y decir de la guerra: Esta forma de solución de diferencias no es justo. 

Este negocio de quemar seres humanos con napalm, Llenado hogares de nuestro país con huérfanos y viudas, De la inyección de drogas venenosas de odio en las venas de la gente que normalmente no es cruel.

De enviar a casa los hombres de los campos de batalla oscuros y sangrientos minusválidos y psicológicamente transtornados, No puede reconciliarse con la sabiduría, la justicia y el amor..."
 
 
 

viernes, 14 de octubre de 2011

pequeña historia inventada...

"Pero en tu cuarto de baño, sigue estando tu rojo de labios..."


"Vuelvo a entrar en tu cuerpo una vez más.

Aunque tu no lo notes, estoy ahí, observándote, ayudándote en todo lo que puedo, aunque no esté. Leo tus pensamientos, sé lo que sientes, y algunas cosas me apenan. Pero poco puedo hacer yo. Desde que me fuí, no eres la misma. Pasa el tiempo y sólo ves la luz del sol a través de las ventanas de tu salón. A veces me pongo a tu lado, e intento tocarte el hombro, con la esperanza de que algún día me sientas, y así, tu mente quede en paz.

Lo único que arropa tu alma es la mantita que te regalé. No dejas que nuestros amigos te ayuden a superarlo, ni quieres hablar con nadie. Desconectas el teléfono queriendo estar sola, sumida en tu tristeza, sin dejar que tu alma reciba un poco de alegría. Sólo nadas entre recuerdos felices, entre discusiones tontas, entre regalos... Entre lágrimas. Me parte el corazón verte así, y de verdad deseo que me notes a tu lado, que sepas que estoy ahí y que te apoyo, sea cual sea tu decisión. Los años que hemos pasado juntos no han sido en vano, y por eso decidí quedarme aquí... Esperándote pase el tiempo que pase.

No te rindas tan pronto. Eres tan joven...

Quizá poco a poco salgas de este dolor, el que yo también siento por mi viaje, y vuelvas a ser tú. Sonrío cuando veo que no has cambiado tus manías. Me encanta ver cómo de vez en cuando te pones el camisón al revés, o un calcetín diferente. Me encantaría volver a verte con tus labios rojos, y esa mirada felina que te pintabas... Ibas tan guapa. Ahora has dejado esa costumbre. Tu piel está demacrada por las lágrimas. Las ojeras inundan tu suave rostro, manchando tu blanco lienzo con un tono púrpura. Aun así... Qué bonita eres.

¿Te acuerdas de cuando nos conocimos? Qué cosas. Éramos muy jóvenes, apenas sin experiencia, y no sabíamos por donde empezar. Poco a poco todo surgió, a su tiempo.

Te acaricio el pelo mientras duermes. Parece que, cuando estás así, estás en paz. Parece que tu llanto se atenúa, pero sólo para cargarse para el próximo día. Te abrigas hasta arriba, tapando todo tu cuerpo... Parece que así te cobijas. Abrazas con fuerza esa mantita, oliendo su perfume... Mi perfume. El que todavía conservas en el baño.

Dios mio... Me asusta tanto verte así. No sabes cuanto.

Pero que sepas... Que en cada imagen que tus ojos verdes vean, yo estoy ahí, aunque sea invisible a tu mirada. Cuando duermes, duermo contigo. Cuando sales a la calle, yo te acompaño y te protejo. Me encantaría poder mirarte y que tu me miraras...

Y decirte que estoy bien. Que me encuentro genial, sobre todo pudiendo seguir a tu lado. Tengo mi alma en paz, contigo. Sólo me entristece tu tristeza. Estoy tan a gusto...

Soy tu ángel de la guarda, y que te esperaré aquí a tu lado... Eternamente."







Una pequeña historia que ha venido a mi mente. La inspiración es así...

jueves, 13 de octubre de 2011

Rencor.

"Rencor, yo no te guardo rencor. Solamente me dedico a tenerte en el olvido..."

Qué sentimiento ese del rencor. La gente rencorosa, como yo, guardamos esos recuerdos y ese sentimiento tan profundo día tras día, aunque no nos acordemos...


No debería ser así, pero aunque yo quiera, no se me olvidan las cosas, el dolor que me han producido cada una de mis heridas, que, poco a poco, me ha hecho la gente... Sin querer, o queriendo.


Siempre se dice que no se debe desear mal a nadie. Pero... Cuando esa persona o personas te han herido tanto, te han hecho una brecha en tus sentimientos tan grande que no puedes arreglarla, y que además, parece interesarles tan poco... ¿De verdad no dan ganas de desearles que, en algún momento, sufran lo mismo que yo? Que pasen por lo mismo que he pasado. Por el engaño, la falsedad, el no permitirme ser yo misma... Ojala lo sientan algún día. Entonces, sus almas cambiarán, y recapacitarán (o eso espero) sobre lo que han hecho.

Yo siempre he tratado de portarme bien con la gente. Sé lo que es que, gente en la que confías, te den una gran puñalada por detrás. Cada año de mi vida ha experimentado esa sensación, y no se la deseo a nadie. Parece que a veces, te fías tanto de aquellas personas, las tienes en tanta estima, les adoras tanto, que si algún día cometen alguno de estos enormes fallos contigo, te decepcionan completamente. Y, aunque el traicionado eres tú, posiblemente serás también el que más sufra con ello.

Por eso, hay gente que tiene suerte de no haberse topado mucho con esto. Lo siento, pero en vuestro camino os lo encontraréis. Tarde o temprano, pero aparecerá. Es ley de vida el aprender a no fiarse de la gente hasta cierto punto. Ojala no fuera así.

No me gusta sentirlo.
Pero es así.
Por eso te recomiendo, por feo que suene, que vigiles siempre tus espaldas. Fíjate en los actos de la gente, en cada detalle, y a veces también permite que tu intuición te guíe.


Pero recuerda... El que tu crees que es tu mejor amigo, puede llegar a ser el mayor traidor.

Y esa vivencia, puede llevarte al Rencor.

Lanzamiento.

Intentaré no decepcionar a nadie. Intentaré que me entendais, seais quien seais lo que leais. No seais anónimos. Eso es de cobardes. Poner un nombre. Depende de qué pongais, sabré quien sois...

Todo esto será fruto de mis sentimientos, mis pensamientos, mi ideología, mis creencias, mis opiniones, mis recuerdos... Todo.

Cualquier parecido con vuestra realidad, es purísima coincidencia...

Gracias.