lunes, 29 de junio de 2015

A ti, mi Sol y Estrellas.

Nunca pensé que tendría la suerte de encontrarme con alguien así en mi vida. Pensaba que, a la gente como yo no le pasaban esas cosas típicas que salen en las películas. Chico busca chica, la encuentra, se conocen y se dan cuenta de que el otro es todo lo que buscaba en una persona. Se enamoran, y el amor perdura por siempre con una bonita y cara boda. Fin.

Quizá yo no tenga esa carísima boda, o no viva en América como en esas películas. Tampoco dispondré de una millonada en el banco ni él tampoco, pero somos felices. Él, puedo decir que tengo la certeza de que me hace feliz cada segundo que está conmigo. No hace falta hablar, simplemente un beso y un dulce te quiero mientras que nos abrazamos en la cama mientras nos morimos de calor... Eso es la felicidad. Eso es sentirse tan profundamente querido, y querer tanto que los abrazos se quedan cortos comparado con lo que sientes.

Después de un pasado algo duro en este sentido, en el que te rompen el corazón en mil trozos y piensas que nunca más te recuperarás y confiarás en nadie, y menos en un hombre, apareció Él como un rayo de esperanza entre mi desordenada y caótica vida. Parece mentira, y creerme, en su momento dudé de su palabra. Dudé que todo fuera tan bonito, que alguien te haya estado buscando durante meses simplemente por ver una foto tuya, y que por fin haya dado contigo. Me acuerdo que esa noche, cuando me escribió, se le notaba nervioso en sus palabras. Yo, que entonces aún seguía dolida, reaccioné escéptica ante lo que estaba pasando. No podía ser... ¿Qué tengo yo para que alguien me busque durante meses hasta dar conmigo, sin descanso, hasta dar conmigo y jugarse todo a una carta? No... A mi no me pasan esas cosas. Sólo pasa en América, en Hollywood.

No sabría explicaros el qué se encendió en mi mente cuando accedí a conocerle. Quizá las ganas de conocer gente nueva, de pasear y liberarme de tanto comedero de cabeza... Pero también tenía la idea de darle una oportunidad. Si me estaba engañando, rápido lo descubriría. Si era verdad lo vería, así que... No tenía nada que perder.

Cuando le vi, iba de uniforme. No se me olvidará el momento en el que le vi por primera vez. Lo que pensé fue... "Es ese, ¡es ese!". No me dio mala impresión cuando le vi, ni mucho menos. Al contrario, me transmitió una especie de confianza que no sabría explicar bien.

Yo también me la estaba jugando.

Bendito juego...

Paseamos, charlamos... Y, aunque puede parecer que yo iba demasiado deprisa, las caricias y las muestras de afecto me salían solas. No podía evitar acariciarle, porque me transmitía una especie de ternura, sobre todo cuando me decía...

Aún no me lo creo... Que esté aquí junto a ti después de tantos meses buscándote...

Recuerdo que no podíamos separarnos, y por ello incluso me invitó a cenar. Seguimos hablando, conociéndonos, y todo fluía a la perfección. Sentía atracción hacia él, y ternura... Ración triple de ternura en mi corazón, y de forma tan altruista como lo regala él. Él es el altruismo en persona.

El primer beso vino un rato después. No puedo pasar por alto cuando le abrazaba y escuchaba su corazón latir en su pecho, que bombeaba frenético cada vez que me acercaba a él y le abrazaba. Y el beso... Fue lo más dulce que puede existir y que he podido vivir. Dulce es la palabra perfecta para describirlo, y para describirle.

A partir de ese día estamos juntos. Sí, así sin más. La vida se basa en estos impulsos, que a veces merecen la pena y a veces no, pero yo... Volvería a guiarme por este impulso infinitas veces, os lo juro. Esta historia ha sacado lo mejor de mi, me ha devuelto la confianza en mi misma y en las personas, ha vuelto a limpiar mi sonrisa de óxido y él ha pegado los trocitos de mi corazón con caramelo. Sí, suena cursi, pero no hay mejor manera de describirlo.

Nunca, repito, nunca pensé que me iba a pasar algo tan bonito, y que resulte que todo vaya bien, que todo sea tal como imaginé un día, o una noche entre lágrimas y soledad en esas noches de frío interior. Todo ésto a veces me sigue pareciendo un sueño, algo irreal de lo que algún día me despertaré y me llevaré la decepción. Podría decir que a veces me dan ganas de pellizcarme para ver si en realidad ésto es un sueño, sólo fantasía, o es la pura realidad. Me doy cuenta que es real cuando escucho una canción y lloro pensando en él. Eh, pero lloro de felicidad, ¿eh?

Ahora, me dirijo a él, porque sé que lo leerá. Yo misma se lo enviaré.


A ti, mi Sol y Estrellas.

Decidí llamarte así de vez en cuando por una frikada, pero me da igual. Lo nuestro es tan bonito que lo merece, y merece todas las expresiones cursis y amorosas del mundo.

Tú te mereces tanto, tantísimo, que todo lo que yo te de se quedará corto en esta vida.

Ya hace un mes y seis días que estamos juntos. Es poquito, pero he estado tan bien que se me ha pasado muy rápido. En este tiempo me he dado cuenta de lo buena persona que eres, de todo lo que das por mí que es más que demasiado, y que apuestas fuerte por lo nuestro, al igual que yo. Te esfuerzas muchísimo porque todo salga bien, y veo el cariño y el amor en tus ojos. Dios mio... Eres todo lo que busqué durante tanto tiempo y que tanto me faltó que escribiendo ésto me emociono y bueno. sabes que lloro un poquito. Pero tranquilo, como he dicho más arriba, es de felicidad.

Gracias por todo lo que me das cada día, cada día de nuestras vidas que compartes conmigo. Gracias por todos los detalles que tienes conmigo, pequeños y grandes, que me enamoran aun más cada día de ti, y que me enganchan tantísimo a ti que... No puedo estar sin tu mirada, sin tus abrazos y sin apoyar mi cabeza en tu pecho. Has calado hondo en mi vida, más de lo que piensas y de lo que puedas creer, y tengo tantas ganas, tantísimas ganas de compartir mi vida contigo... Mi vida entera contigo.

Como dice una canción que me gusta mucho...

"Él borra las horas de cada reloj,
y me enseña a pintar
transparente el dolor con su sonrisa.
Levanta una torre desde el cielo hasta aquí
y me cose unas alas, y me ayuda a subir a toda prisa,
a toda prisa.
Le quiero a morir".

La he versionado un poco... Para ti.

Yo creo al igual que tú que desde un principio estuvimos unidos por el famoso "hilo rojo"... Porque lo nuestro es... Roza tanto la perfección, con sus más y sus menos, como todo el mundo, porque si no no sería humano, pero estamos ahí. Nos apoyamos, nos cuidamos, nos preocupamos el uno del otro. Eres todo, todo y todo lo que he buscado tanto tiempo y he deseado siempre.

Quiero que entiendas que, aunque a lo mejor haya un día que no te lo recuerde tan a menudo, o que se me escape un abrazo, o que parezca que estoy distante, te quiero a morir. Así, sin más. Te quiero a morir, más que a nada, más que al sol que me ilumina y me da vida, porque recuerda, tú eres mi sol y estrellas, y si me falta el sol en mis días y las estrellas en la noche, mi alma se pierde.

Has pasado a ser alguien tan importante en mi vida, alguien que me saca una sonrisa con tus detalles especiales y que son sólo tuyos, tan originales, y que de verdad, me enamoran más cada día de ti... Sólo puedo pedirte que no cambies nunca, porque siendo como eres, siendo tú mismo, seguiré siendo tuya cuanto quieras.

Grábate esto a fuego, cielo. Te quiero a rabiar, a morir, y daría todo por ti. Te cuidaré hasta el final, hasta el infinito, y velaré tus sueños cuando éstos no sean bonitos. Escucharé tus confidencias y tus preocupaciones como si se me fuera la vida en ello, y te aconsejaré como mejor pueda. Te abrazaré en las noches de tormenta y lluvia, y disfrutaremos de su sonido juntos. Construiremos un futuro juntos, y lucharemos por esta historia tan preciosa que nos ha tocado vivir.

Gracias por encontrarme y hacerme tan jodidamente feliz.

Un "te quiero" poco a poco se va quedando corto...

Infinitos besos, cariño mio.




No hay comentarios:

Publicar un comentario