viernes, 14 de octubre de 2011

pequeña historia inventada...

"Pero en tu cuarto de baño, sigue estando tu rojo de labios..."


"Vuelvo a entrar en tu cuerpo una vez más.

Aunque tu no lo notes, estoy ahí, observándote, ayudándote en todo lo que puedo, aunque no esté. Leo tus pensamientos, sé lo que sientes, y algunas cosas me apenan. Pero poco puedo hacer yo. Desde que me fuí, no eres la misma. Pasa el tiempo y sólo ves la luz del sol a través de las ventanas de tu salón. A veces me pongo a tu lado, e intento tocarte el hombro, con la esperanza de que algún día me sientas, y así, tu mente quede en paz.

Lo único que arropa tu alma es la mantita que te regalé. No dejas que nuestros amigos te ayuden a superarlo, ni quieres hablar con nadie. Desconectas el teléfono queriendo estar sola, sumida en tu tristeza, sin dejar que tu alma reciba un poco de alegría. Sólo nadas entre recuerdos felices, entre discusiones tontas, entre regalos... Entre lágrimas. Me parte el corazón verte así, y de verdad deseo que me notes a tu lado, que sepas que estoy ahí y que te apoyo, sea cual sea tu decisión. Los años que hemos pasado juntos no han sido en vano, y por eso decidí quedarme aquí... Esperándote pase el tiempo que pase.

No te rindas tan pronto. Eres tan joven...

Quizá poco a poco salgas de este dolor, el que yo también siento por mi viaje, y vuelvas a ser tú. Sonrío cuando veo que no has cambiado tus manías. Me encanta ver cómo de vez en cuando te pones el camisón al revés, o un calcetín diferente. Me encantaría volver a verte con tus labios rojos, y esa mirada felina que te pintabas... Ibas tan guapa. Ahora has dejado esa costumbre. Tu piel está demacrada por las lágrimas. Las ojeras inundan tu suave rostro, manchando tu blanco lienzo con un tono púrpura. Aun así... Qué bonita eres.

¿Te acuerdas de cuando nos conocimos? Qué cosas. Éramos muy jóvenes, apenas sin experiencia, y no sabíamos por donde empezar. Poco a poco todo surgió, a su tiempo.

Te acaricio el pelo mientras duermes. Parece que, cuando estás así, estás en paz. Parece que tu llanto se atenúa, pero sólo para cargarse para el próximo día. Te abrigas hasta arriba, tapando todo tu cuerpo... Parece que así te cobijas. Abrazas con fuerza esa mantita, oliendo su perfume... Mi perfume. El que todavía conservas en el baño.

Dios mio... Me asusta tanto verte así. No sabes cuanto.

Pero que sepas... Que en cada imagen que tus ojos verdes vean, yo estoy ahí, aunque sea invisible a tu mirada. Cuando duermes, duermo contigo. Cuando sales a la calle, yo te acompaño y te protejo. Me encantaría poder mirarte y que tu me miraras...

Y decirte que estoy bien. Que me encuentro genial, sobre todo pudiendo seguir a tu lado. Tengo mi alma en paz, contigo. Sólo me entristece tu tristeza. Estoy tan a gusto...

Soy tu ángel de la guarda, y que te esperaré aquí a tu lado... Eternamente."







Una pequeña historia que ha venido a mi mente. La inspiración es así...

2 comentarios:

  1. Odo noe que bien escribes (:
    me encanta

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, es una de mis aficiones escribir cosas así.

    Me alegra que te guste ^^. Besitos

    ResponderEliminar